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El enigma de un desencantado

La tarde del lunes 30 de agosto de 2021, el historiador e investigador Mariano Montero se reunió virtualmente con Libroclub Y, nuestro club de lectura, para charlar sobre Obras completas de Lincoln Silva, el escritor paraguayo que había rescatado del olvido. Para revivir el encuentro, compartimos la transcripción editada de la charla.

 

Roger Lincoln Silva López nació el 28 de octubre de 1945, en la ciudad de Eusebio Ayala, conocida como Barrero Grande. Sobrino de Agapito Valiente (Arturo López Areco), guerrillero contra la dictadura de Stroessner. Luego de terminar la escuela primaria, se mudó con su madre a Asunción, donde estudió y trabajó como periodista en diversos medios. En 1968, el escritor Roque Vallejos lo incluyó en la Antología crítica de la poesía paraguaya contemporánea. Al año siguiente, con 24 años, por «la imposibilidad de escribir, de desarrollar aquí los temas que a mí me gustan», se exilió en Buenos Aires. En 1970, publicó la novela breve Rebelión después, con comentarios elogiosos. Luego participó del grupo de escritores y periodistas que fundaría en mayo de 1973 la revista Crisis, en la que trabajaron autores como Eduardo Galeano y Juan Gelman, y colaboraron Roa Bastos, Ricardo Piglia, García Márquez, Roque Dalton, Onetti, Borges, Benedetti, entre muchos otros. En el primer número de esa revista se publicó un adelanto de su nueva novela, General General, que terminaría editándose en 1975, también con comentarios elogiosos. Entonces su nombre ya era citado entre los autores sobresalientes del Paraguay y Latinoamérica. Pero en 1976 hubo un golpe de Estado en la Argentina y en 1977 la Universidad de Leiden, en Países Bajos, lo recibió con el status de exiliado político. En 1984 publicó el libro de poemas No te diré el lugar de donde vengo, en una edición bilingüe, castellano – neerlandés. Regresó al Paraguay en 2005, después de 35 años de ausencia. En 2007 publicó el libro de poemas Sortilegio que supuso nuestro apoteosis. Murió el domingo 9 de agosto de 2016, solo, en el departamento donde había vivido, en un edificio de la calle 15 de Agosto, entre Palma y Pte. Franco, centro histórico de Asunción, a cuadras de los diarios más importantes del país que no publicaron nada sobre su fallecimiento. En 2021, el historiador e investigador Mariano Montero publicó sus Obras completas, libro que rescata a Lincoln Silva del desconocimiento.

PRESENTADOR: Tenemos como tarea lograr que en el Paraguay se le preste atención al rescate de la obra de Lincoln Silva y a la investigación de un héroe como Agapito Valiente, entre otros, porque en este país se ha instalado el mito de que nunca se ha levantado la voz o que la gente jamás se ha revelado; sin embargo, quienes nos dedicamos a estudiar los archivos y los libros sabemos que siempre hubo rebelión.

UN LECTOR: El exilio tan radical de Lincoln Silva, desde Argentina a Países Bajos, implicó un silencio de libros. Aunque siguió escribiendo, solo cuando regresó al Paraguay publicó nuevamente algunos libros. En el artículo «El nuevo analfabetismo» habló sobre el gran cambio cultural que vivió. Ahí creo que encontramos una respuesta del silencio. En Buenos Aires, Lincoln escribió, publicó y dialogó con grandes autores. En Países Bajos, fue un analfabeto; tuvo que aprender un nuevo idioma. ¿Qué opinas sobre esa producción de una década en Buenos Aires y luego el silencio bibliográfico?

MARIANO: En el estudio preliminar que realicé, planteo que a Lincoln no se le puede considerar como un autor prolífico. Si hacemos un cálculo improvisado, en los 70 publicó dos novelas, teniendo en cuenta todos los problemas de la época, políticos, económicos, exilio, etc., pero son dos novelas, 1970 la primera y 1975 la segunda. En la investigación que luego vuelco en el estudio preliminar, vemos que en el 73, en el primer número de la revista Crisis ya se publicó un adelanto de su segunda novela que luego terminó saliendo a fines del 75. Se nota que Lincoln tenía una obsesión por reescribir. No estaba conforme con la forma de escribir. Modificaba constantemente pequeñas frases o palabras. Si uno compara el adelanto de la revista en el 73 con la obra final, hay muchas modificaciones, por ejemplo, en el nombre de los protagonistas, etc. Después, un lapso desde el 75 hasta el 84, cuando publicó un poemario en Holanda. Luego volvió a duplicar ese tiempo, porque del 84 pasó al 2007, cuando publicó otro poemario en Paraguay. Entonces, lo que puedo decir es que a medida que pasaba el tiempo la cuestión de la producción le costaba muchísimo más, por lo menos la de terminar publicando algo, porque de escribir, no sabemos si escribió mucho o no. Pero eso es un tema de Lincoln. Él es una incógnita. La vida misma de Lincoln es un misterio y podría ser la obra de ficción de otro escritor, la historia de un escritor que lanzó sus primeras obras, tuvo éxito y después se lo tragó el olvido y dejó de publicar. Lo que a mí me da bronca es el hecho de haber leído algunas entrevistas, de las pocas que hay disponibles, cuando regresó del exilio a Asunción, en las que le hicieron ciertas preguntas que no profundizaban, en las Lincoln no terminó de explicar el motivo de su desaparición o por qué dejó de escribir. Lo que puedo deducir, de acuerdo a lo me dijo su hermana, es que el exilio hizo estragos en él, esa es la palabra: estragos. Por otro lado, he conversado con personas de Ámsterdam de la época en la que Lincoln estuvo ahí. Dijeron que era un tipo jovial, un tipo bárbaro, por lo que hay contradicciones en ese sentido.

UN LECTOR: El escritor paraguayo históricamente no ha sido prolífico. Son pocos los autores con muchos títulos publicados, menos los que son reconocidos, estudiados. En La Babosa, el personaje Ramón Fleitas sueña que es un autor con grandes obras, un caso típico: el hombre que se reúne con otros y habla de las obras que está escribiendo e incluso afirma, como lo hizo Lincoln, que está por publicar tal o cual libro, que al final nunca publica.

MARIANO: Eso que mencionás viene al caso porque Lincoln, a su vuelta, se la pasó anunciando títulos que después no se publicaban, no solo a su vuelta sino también mucho antes, porque llegó a decir que publicaría tal título que al final no publicó.

UN LECTOR: Me gustaron mucho el libro, las obras de Lincoln Silva en sí, y también la introducción y el estudio. Me impresionó la edad que Lincoln tenía cuando escribió sus dos primeras novelas. Son buenísimas. La pregunta que tengo es sobre General General. ¿Es posible leerla no solo como una crítica a la izquierda mesiánica sino también como una autocritica de él mismo, sobre sus creencias del Paraguay y de cómo cambiar la sociedad?

MARIANO: Espero que no se ofendan porque escucharán muchos no sé de mi parte. Sobre lo que planteás, puedo decir que en un momento él dijo que no era una crítica a la izquierda mesiánica o del que quiere hacer una revolución de cualquier manera y que luego se pone a pensar en el cómo. Aunque podemos pensar en el parentesco que él tuvo, porque Lincoln fue sobrino de Agapito Valiente. Esa es otra de las incógnitas que no mencionamos y que tampoco él mencionó en toda su vida. No creo que haya sido solo un olvido. Lincoln ya tenía 25 años cuando mataron a su tío Agapito. Tengo testimonios de algunos familiares de que él iba al monte para llevarle cosas. Entonces vos me decís eso y yo puedo especular que tal vez haya sido una crítica a la experiencia que representó su tío. O al grupo que él lideró y que estuvo conformado por el partido comunista paraguayo de esa época. Son cosas que no sabemos porque él nunca fue explícito en las pocas entrevistas que brindó. En qué se basó para escribir General General es otra incógnita. Yo a Sanabria lo relaciono, sacándole lo simpático, porque es un personaje bastante simpático pero que no me cae bien, con Oscar Creydt, en el sentido de que es personaje que tiene la verdad, con el tratado de Koprocas en sus manos, donde está todo. Es casi un chamán, más que un político, y su palabra es la verdad. Eso no significa que Lincoln haya pensado en Creydt. Hay que tener presente que el primer adelanto de General General fue publicado en el 73, en la revista Crisis, y que la novela terminó saliendo a fines del 75. Él vivió todo el auge de las organizaciones revolucionarias de la Argentina, el del E. R. P. y el de los montoneros, que fueron los más importantes. No sé si en ese tiempo él absorbió cierto sectarismo de esas organizaciones revolucionarias. Estos temas quedarán así. No hay un dato concluyente que lleve a pensar que Lincoln haya pensado en eso para escribir.

UN LECTOR: La parodia de la novela es contundente. Quienes tenemos un poco de conciencia social nos matamos de risa porque coincidimos en casi todo. Una de las cosas que permite la sensibilidad social es la crítica. A General General lo percibo como el desencanto de un movimiento. Me recuerda a Sábato, conocido mundialmente como un desencantado luego de que conociera el estalinismo. Así como la violencia es el último recurso del incompetente, la parodia suele ser el último recurso del desencantado por una realidad imposible de cambiar, porque Lincoln publicó la novela en 1975 y luego ya fue el golpe en la Argentina. Eso seguramente fue un desencanto encaminado al abismo.

MARIANO: Así es, porque imaginate que si él, que se pasaba corriendo o retocando su texto, no lo publicaba en ese año, talvez ya hubiera perdido el clima de la época. En cuanto a lo que  mencionás sobre del humor, me interesa saber la opinión de todos, porque a mí, cuando lo volvía a leer, me saltaba la carcajada. Me sorprendió que eso me pasara con una obra porque esta novela es del 75. Me parece que el humor político y el humor en general envejece mal, a veces lo que te causaba gracia en aquella época ahora ya no. Sin embargo, es bueno, porque hay episodios como el del embajador Van Der Putten que termina siendo profético, pues Lincoln terminó yendo a Holanda. Me parece que el humor político de Lincoln sigue siendo efectivo a pesar del tiempo.

UN LECTOR: Tengo una pregunta relacionada a las dos novelas. Noto que hay frases contundentes que encuadran un mensaje claro. ¿Sabés quién pudo haberlo influenciado como escritor o cuál fue su influencia literaria?

MARIANO: Lincoln, desde que publicó el primer adelanto en el 73, en la revista Crisis, hasta que publicó la novela, se relacionó con todo el grupo de la revista, liderado por Eduardo Galeano, quien llegó a ser un gran amigo de él. Tengo testimonios de una mujer que fue su pareja en Buenos Aires, que está volcado en el estudio. Tuvo almuerzos y cenas con Fontanarrosa también. Creo que parte de todo lo que él escribió en General General inevitablemente tuvo que tener influencia de la gente que formaba parte de la revista Crisis. Aunque con situaciones y personajes bien paraguayos. Eso me llama la atención, cómo él creó esos personajes y esas atmósferas, tecleando en una máquina de escribir, en el piso catorce de un edificio situado sobre la calle Córdoba, en el que había que subir por las escaleras hasta ese piso porque no tenía ascensor. Era lo que pudo conseguir. No vivió Lincoln en la abundancia. En esas condiciones salió Sanabria. No sé cuando se le pudo haber ocurrido la idea de un personaje con tales características. Evidentemente si el primer adelanto lo hizo a fines del 73, me imagino que lo pudo haber empezado a escribir a mediados del 72. Pero resumiendo, la revista Crisis fue una influencia directa.

UN LECTOR: Primero, quiero felicitarte por el excelente trabajo de compilación y estudio. En estos días estuvimos hablando mucho sobre la personalidad de Lincoln. Me parece que en Rebelión después está la clave de algún rasgo, porque en esa obra proyectó de cierta manera algunos aspectos de su vida, originario de un pueblo humilde, politizado, enamorado de una mujer que probablemente lo traicionó, así como cuenta la historia de Lila pero no traicionado de esa forma, quizás le rompió el corazón de otra manera. También confundido, intrigado por el comportamiento de las personas que lo rodeaban, así como la tía religiosa que le hizo caminar arrodillado a Ka’akupé. Tímido, acorralado primero aquí por la dictadura de Stroessner, luego por la dictadura de la Argentina. ¿Este podría ser el elemento detonante de haya disminuido su productividad literaria?

MARIANO: Con respecto a lo que decís del elemento autobiográfico presente en Rebelión después, pienso lo mismo. Tengo información que no la volqué en el estudio preliminar y que me da más elementos para reafirmar de que ahí hay muchas situaciones de su vida, incluso el episodio de la plata yvyguy. Ese es un cuento que me contaron en la toma de testimonios para la investigación sobre Agapito Valiente. Entonces Lincoln supo una historia que corría en la familia y que él la tomó. Mencionás a la tía religiosa. Efectivamente, durante la investigación sobre Agapito me hablaron de la tía Panchita, súper religiosa. Sobre las relaciones de pareja, creo que Lila es una de esas novias de juventud que, por el ambiente político en el que se movía, estaba ligada de cierta forma al estronismo. Pero hay otras situaciones como, por ejemplo, la del personaje principal en la que podemos ver reflejado a Lincoln, porque el personaje principal es apolítico frente a Droguett, quien es el muchacho comprometido, el idealista. Lincoln parece que se reconoció en el apolítico. De vuelta a la pregunta, la obra es súper autobiográfica, pero según el testimonio que tengo de su hermana y de otros, parece que fue todo lo contrario de tímido, porque tuvo facilidad para relacionarse con otras personas, novias, etc. En ese sentido no fue tan tímido. Sí podemos especular que con el tiempo desarrolló un carácter más introvertido en el exilio. Se le hizo más difícil darse a entender. Eso lo trasladó también a sus escritos en los que cuesta entenderlo. A mí me pasa eso con su último poemario, el del 2007, en el que me cuesta encontrarle cierta coherencia.

UN LECTOR: Ya que mencionas el cambio de carácter, es muy llamativo el cambio radical en su obra, pues lo que publicó en el siglo veintiuno es críptico. Parece un lenguaje escrito para él, que solo él podría decodificar. En el libro Sortilegio que supuso nuestra apoteosis insistió con la sindéresis. Quizá «sortilegio» sea algo sencillo. De igual manera nos deja con muchas preguntas.

OTRO LECTOR: Parece que, al regresar, el ambiente, el comportamiento y la insensibilidad del país lo contagiaron de una especie de letargo que lo adormeció como escritor. Quizás la dictadura fue la gran inspiradora de las primeras obras. ¿Esto podría ser otro motivo para que publicase poco estando ya en Paraguay?

MARIANO: En el poemario No te diré de dónde vengo de 1984, momento en el que Lincoln se lanzó decididamente a la poesía, hay muchos temas sociales y políticos que no tienen relación con el poemario que publicó acá, Sortilegio…, pese a que también tiene cuestiones sociales y políticas. Especulando, como lo pregunté en el estudio preliminar, ¿hubiera sido diferente si hubiera formado parte de la comunidad de exiliados suramericanos que terminó en México, por ejemplo, en donde él mismo publicó muchos cuentos en Plural, donde se podría haber codeado con muchos de los que fueron sus compañeros en Crisis? También me pregunto algo: si Argentina recuperó la democracia en el 83, ¿por qué no volvió a Buenos Aires? Si Uruguay la recuperó en el 85, ¿por qué no volvió a Uruguay? O por qué no volvió al Paraguay en el 89. Creo que en Europa y en especial en Holanda se pudo haber encontrado muy aislado porque se le dificultó la comunicación por el tema del idioma. Lincoln de igual manera tuvo un círculo de amistades. Pero hay información contradictoria. Algunos dicen que él fue como una especie de poeta surrealista. Una amiga que tuvo dijo que un día le agarró a Lincoln como una especie de ataque y que tiró todas las hojas por la ventana porque no creía más en su talento. En una entrevista de Abc Color, de 2005, realizada por Ruiz Nestosa, ante la interrogante del porqué tardó tanto en volver, Lincoln respondió que el status de refugiado/asilado político en Holanda tenía una serie de reglas y obligaciones. Algo así. Luego el entrevistador pasó a otra cosa. Creo que lo normal en el status de un refugiado político es que te dicen: Cuando tu país recupere la democracia y se den las condiciones, volvé. Por lo general es así. Pero con Lincoln no sabemos bien que pasó. Quizá por la cantidad de tiempo que estuvo en Holanda quiso estar un tiempo más y jubilarse allá. Recordemos que estuvo exiliado 28 años. Talvez la respuesta está en las cuestiones de seguridad social.

UNA LECTORA: En el artículo «Situación actual de la prensa en el Paraguay», Silva tocó algunos de los grandes temas ausentes en los libros de historia del periodismo paraguayo, que son la censura, la represión y la persecución que sufrieron los medios de comunicación en el interior del país. Habló de los medios y los comunicadores de Itá, por ejemplo, que sufrieron algo que sigue sucediendo todavía hoy y que los medios masivos no publican. En cuando a la literatura, comunicar, informar y denunciar son elementos que muchas veces los escritores sacrifican con fines estéticos. Mi pregunta es si ¿considerás que esa obsesión del autor por la corrección de sus textos se debía a que él era una de las pocas voces sostenidamente críticas en la literatura?

MARIANO: Inicio por la última parte de la pregunta. No creo que la obsesión por la corrección permanente se deba a que haya sido una de las pocas voces críticas. Pero si lo analizamos a través del tiempo, desde el 70 hasta su muerte, le noté una cierta progresión en el acto de corregir. Se me hace que fue una particularidad de él que volvió más evidente. Con respecto del artículo «Situación actual de la prensa en el Paraguay», para mí es una joya porque son ocho hojas ya todas amarillentas que me dio su hermana. La primera referencia que tuve de ese folleto es un archivo de inteligencia en el que pedían información sobre Lincoln Silva en los años de la Operación Cóndor, cuando publicó General General, una novela subversiva con temas conspirativos en contra del gobierno nacional. De esa manera, a través de los Archivos del Terror, fue como conocí ese texto.

UNA LECTORA: Me gustó mucho el estudio preliminar. Empecé a leer el libro buscando reconocer la voz del compilador y me sorprendí a mí misma perdida entre tanta información sin rostro, hasta que la voz del compilador crece al final, cuando empezás a tocar el tema relacionado a la aproximación de Silva a criticismo histórico. ¿Cuál fue el norte que te pusiste o que quisiste seguir para entregarnos esta compilación?

MARIANO: Lo primero que se me viene a la cabeza es que no quería hacer una vida de santos la de Lincoln. Hay cierta tendencia de que cuando se hace una biografía extensa o introductoria de una persona admirada, se tienda a decir cosas maravillosas en todo. Entonces, parte de eso fue lo que me llevó a publicar toda la respuesta a Abelardo Castillo porque ese es un cruce de opiniones que me sorprendió. Me pregunto si Lincoln supo con quién se estaba metiendo, porque si había alguien hiriente y cruel en sus repuestas era Castillo. A priori me parece que Lincoln salió mal parado en esa polémica. Aparentemente hubo algo más detrás de ese cruce. No sabemos qué es. Tampoco por qué Lincoln se preocupó tanto de decir que él no pertenecía a ese grupo ni porque le agregaron a ese libro. Tampoco se entiende la respuesta tan vehemente de Castillo tratando a Lincoln prácticamente de escritor de derecha o de cuestiones relacionadas al régimen nazi. En resumen, no quería esa opinión final de que mi biografiado fue bárbaro. En cuanto a lo que planteás sobre el compilador, mi idea siempre fue no aparecer o tratar de no aparecer, pero de alguna u otra manera uno termina apareciendo con opiniones. Me parece que eso sucede al final. Con un biografiado que admirás, te terminás comprometiendo afectivamente, quizás un poco molesto por los malos tratos que tuvo en los últimos años. Por eso escribí sobre el tema que de no había noticias sobre él. Por eso planteo que hubo una primera versión de ese final sobre las noticias que salieron cuando él murió y también hasta pensé tirar contra algunas personas. Quise poner los nombres de algunos, pero me los guardé porque me podría meter en un quilombo más, por ese motivo lo suavicé. Salió una especie de sentimiento de bronca en los últimos párrafos.

UN LECTOR: Sobre la pregunta que realizaste al comienzo, en cuanto a nuestra recepción a la hora de leer las novelas, a mí ambas novelas me parecieron picarescas y acertadas a la hora de describir los personajes populares. Hay partes y situaciones que me sorprendieron y me causaron mucha gracia. En Rebelión después, hace una especie de vaticinio sobre su vida: «(…) creo que mi ingenuidad y estupidez hicieron posible mi destrucción completa, conociendo la condición humana, habiendo visto, escuchado y leído escenas de ensañamiento y perversidad me puse tranquilamente a esperar que me llegara el turno como a un cordero más.» Automáticamente me lleva al momento en que inició la dictadura argentina, cuando él estuvo en peligro de ser capturado. Tengo una pregunta que en cierta manera ya respondiste. La repito por si hay algo que agregar. ¿Como historiador que sos, la novela General General te recuerda a algún líder político, ya sea de izquierda o derecha?

MARIANO: Mencioné a Creydt porque es una de las figuras (según la investigación que hice de Agapito) que corría en paralelo a Agapito. Necesariamente lo conocí mucho. Leí muchos documentos que él escribió para los militantes. Vi a una persona enajenada prácticamente que no reconocía que lo que tenía alrededor se estaba cayendo porque él seguía hablando del triunfo de la revolución. Hay que tener en cuenta la época. Hubo muchas personas líderes con esas características. Creo que Lincoln hizo un mix de varias personas de la época e incluso de gente con la que pudo haber tratado. Aunque él no se relacionó con organizaciones políticas y menos con organizaciones revolucionarias armadas. No fue político, más allá de la coincidencia con el personaje de Rebelión después, porque él tuvo un pensamiento del tipo apartidario. Lo más cerca que estuvo del ambiente político fue por una amistad con Epifanio Méndez Fleitas, cuando ambos coincidieron en Buenos Aires. hasta el 76. Más allá de eso, nunca estuvo ligado a ninguna organización política de izquierda.

UN LECTOR: Lincoln escribió Rebelión después y finalmente fue perseguido. Qué difícil es hacer oposición y denunciar porque no solamente la consecuencia es para uno sino para todo tu círculo de amistad o familiar.

MARIANO: Hay un episodio del que no hablamos y que está en el estudio preliminar. Hemos dicho que parte de la vida de Lincoln está en la sombra. Él estuvo brevemente en prisión antes de irse del Paraguay, en la época de las movilizaciones contra Rockefeller, en la primera mitad del 69. Sobre la razón de eso, tengo testimonios cruzados. Lo concreto es que varios de estos testimonios coinciden en que estuvo preso por un breve tiempo. Yo no encontré ningún documento en el Archivo del Terror. En la dictadura, cuando entrabas preso más de dos días ya tenías una ficha. De Lincoln no hay nada. Entonces podemos pensar que fue una prisión momentánea para poder de alguna manera amedrentarlo sobre alguna cuestión política o personal, no sabemos. Tampoco si sufrió alguna tortura leve que después pudo haber plasmado en Rebelión después.

UN LECTOR: En General general está el pueblo indígena que seguía al líder aunque de cierta forma sabía que no lo llevaría a ningún destino concreto. Aun así, lo seguía, sugiriendo que tenían una especie de fe. Esa situación me parece que existe hasta hoy, el hecho de que creemos que llegará el líder mesiánico diciendo que fulano de tal va a ser el presidente y cambiará las cosas etc. General General es una crítica al líder/mesías y también al pueblo.

MARIANO: Sí, porque lo pokovíes en un primer borrador eran los guayakíes. No sé si lo cambió porque son eran grupo real que se podían ofender o porque alguien le avisó y por ende inventó a la tribu de los pokovíes, que es casi la misma palabra. Pero quisiera que no se termine el tiempo sin hablemos del poema narrativo. Me gustaría escuchar a ustedes porque yo no entiendo ni hablo guaraní y talvez no lo disfruté del todo. A todo esto quiero subrayar que en el libro no está bien aclarado el hecho de que ese poema es el único texto que podemos considerar inédito. Ese poema o una parte de ese poema se publicó en una revista holandesa en el año 1986. Quiero mencionar que fue un trabajo del profesor de lengua Julio César Ramírez. Realmente se esmeró porque el trabajo fue muy pesado. Las hojas originales estaban mecanografiadas, corregidas, borroneadas y tachadas. En partes había que tratar de descifrar para poder darle el sentido, porque era el guaraní que usaba Lincoln en el 86. Tratamos de no corregir demasiado salvo errores muy grandes para mantener el espíritu del texto que talvez Lincoln quería expresar. Cuando leí la versión en castellano me gustó mucho, aunque sé que me pierdo un montón de cosas, en cuanto a los sentimientos, los climas etc. Por eso pienso que si me gustó la versión en castellano, la versión en guaraní ha de ser mucho más linda.

UN LECTOR: Lo que noté en este poema es el desencanto, tono de las dos primeras novelas con la sátira, pero en este texto hay un cierto afán reivindicativo porque antihéroe Ko Jaikuava se sale con la suya. Se dice que murió de tal forma y que luego regresó y se perdió en Asunción tras atacar a los que estaban esperando el cuerpo de Cristo ante el sacerdote. En esta historia hay elementos que recuerdan por ejemplo al conflicto de pareja de Rebelión después porque Ko Jaikuava tiene una historia de amor o desamor. También pienso que Agapito fue una influencia. El gran cambio está al final. No sabemos si resucitó o si nunca murió. Lincoln lo dejó en un terreno simbólico y ambiguo, acorde a la narrativa oral del Paraguay, como una especie de leyenda.

MARIANO: A esto hay que agregar que no sabemos si es el final que le quiso dar. Quizá quedó escrito mecanografiado a medio camino, porque finalmente no lo publicó. Parece que en la novela inédita que tiene su hermana está ese personaje Ko Jaikuava. Quizá tiene puntos de contacto con este poema. O podemos especular que ese poema narrativo después lo transformó en una novela corta.

UNA LECTORA: Los poemas de Lincoln me parecieron muy hermosos, en especial los primeros porque se nota que tenía mucha sensibilidad. Por ejemplo, está el que escribió a Benigno, probablemente un amigo caído en batalla, «Para leerte al oído», dentro de tanto dolor Lincoln halló la manera de tener un toque de ternura. «El despacho sueco» es algo que ya había olvidado; soy una contemporánea de esas historias, pero el homenaje que le hizo a Olof Palme lo había olvidado por completo. Luego de leerlo, busqué en internet sobre ese caso. Hace poco se supo quién fue el que lo mató.

MARIANO: A mí, que no soy pro poesía, hay una que en particular me gustó, es la más larga del poemario de 1984, llamada «El viaje de ocasión». Me gustó como termina.

UN LECTOR: Aún no hemos hablando sobre uno de los textos militantes, «La situación de la tierra en el Paraguay». Es bueno reconocer que en su momento haya estado informado porque hasta ahora es muy difícil comprender la situación de la tierra. Incluso para los expertos que se dedican a la investigación agraria escribir una biografía agraria de manera detallada es muy difícil en este país. Las mismas pocas familias que Lincoln denuncia siguen siendo las familias que en la realidad están explotando esas tierras, con todo lo que implica la tierra, fauna, flora y también minerales subterráneos, algo que aun no tiene un estudio necesario. Durante la dictadura, pocas las personas supieron escribir un panorama real de la situación.

MARIANO: A mí me parece que el texto es de urgencia o de barricada, porque había pasado algo y había que escribir sobre eso y denunciarlo. Es curioso ⸺vamos aprovechar para pegarle un poco a Lincoln y no hablar tan lindo sobre él todo el tiempo⸺ que ahí se vea una lectura de revisionismo histórico, muy de moda durante los 70, que él hizo en los 80, en Ámsterdam. En ese revisionismo histórico estaba la idea exagerada de que el Paraguay antes de la Guerra contra la Triple Alianza era un país industrializado e independiente. El nacionalismo que Lincoln criticó en sus novelas termina cayéndole al final. En una parte de ese texto, habló del primer ferrocarril de América. Entonces Lincoln, sin darse cuenta, terminó adoptando ese discurso que en algún punto él había criticado. Veo que Silva tuvo a través de la historia una cuestión no resuelta con eso. Criticó y luchó contra el nacionalismo inútil y adormecedor, pero a la vez reivindicó aquel pasado previo a 1870. Desde ese punto de vista, es interesante analizar a Lincoln.

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